La música fue otro de los grandes protagonistas del evento de animé. Bandas tributo y solistas interpretaron openings y endings clásicos que hicieron cantar a todo el público. Desde los temas de Dragon Ball Z hasta canciones más recientes como los openings de Attack on Titan, la emoción se sintió en cada rincón.
Los shows no se limitaron a la música: hubo presentaciones de baile K-Pop y coreografías inspiradas en series japonesas. Estas actividades añadieron dinamismo a la convención y ofrecieron espacios para que grupos juveniles mostraran su talento frente a una gran audiencia.
El ambiente de festival se complementó con la participación del público, que no dudó en corear, aplaudir y bailar. Este tipo de espectáculos refuerza la identidad cultural de los eventos de animé, creando una experiencia que va más allá del entretenimiento y se convierte en un recuerdo inolvidable para los asistentes.
